Para Giselle Martínez, una madre soltera, el tiempo que comparte con su hijos son los momentos más felices de su vida.
“Yo creo que no hay mas nada que pedirle a Dios, más que agradecerle por todo lo hermoso que el me permite vivir cada dia”, dijo Martínez.
Y no es para menos. Giselle de 38 años y madre de cuatro entre las edades de 16 y 3 años, estuvo cerca de la muerte durante su último parto, en febrero de 2019.
“Es un dolor como que me estaban apuñalando en ese lado”, agregó Martínez.
Martínez fue ingresada de emergencia en el hospital, donde dio a luz a su hijo Harvey a través de una cesarea.
Pero después del parto, Giselle no paraba de sangrar. Los doctores se dieron cuenta que se le había roto una arteria del bazo, una rara complicación del embarazo que puede causar la muerte.
Los médicos le extirparon el bazo y le cortaron parte del páncreas.
Después de esta cirugía entró en coma y los médicos no daban esperanza de vida.
“Que tuviera pendiente porque puede ser que ella no saliera del coma”, dijo Milagros Fuertes, madre de Giselle.
Pero a los cinco días, ella despertó y vio a Harvey por primera vez.
“Yo no lo recuerdo, yo no lo recuerdo, yo simplemente tengo un video donde lo ponen en mis brazos”, contó Martínez.
Su salud se restableció y le dieron de alta, pero dos días después regresó a cuidados intensivos con un sangrado interno que la dejó en el hospital por 10 días.
Los médicos le diagnosticaron una infección severa en el páncreas y la presencia de Pseudomonas, una peligrosa bacteria.
Le realizaron varios procedimientos, pero Martínez no mejoraba.
Nuevamente se vio debatiendo entre la vida y la muerte. Así pasaron más de tres meses. Martínez recibió 111 transfusiones de sangre.
“Es uno en un millón de casos. Cualquiera que lea el expediente diría: ‘Oye, debes de estar muerto’. La presento a mis enfermeras y a otros pacientes como la mujer que murió varias veces”, dijo Jonathan Herman, doctor del hospital Long Island Jewish Medical Center.
Meses después, Martínez regresó a su trabajo como conductora de un autobús de la MTA.
“Estaba feliz, porque fue algo que me propuse en la mente recuperarme y regresar a mi trabajo y gracias a Dios lo logre”.
A raíz de esa experiencia entre la vida y la muerte Martínez escribió el libro “La dama del Milagro”.
“El motivo de este libro es darle esperanza a otros, darle esperanza de fe, y de consistencia de que a pesar de que las cosas se vean mal, de que se vean que no tienen un fin, sepan que Dios está ahí y que todo tiene un propósito”.